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 Tema: Cancelación de las Becas de Excelencia - UNA VERGÜENZA

Buenos días, les ruego lean hasta el final

La crisis económica y sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus y sus consecuencias ha resultado ser uno de los mayores retos a los que jamás se ha enfrentado la humanidad en su conjunto. Ha destrozado países, comunidades y familias. Muchas personas han visto y verán su calidad de vida reducida y mermada debido a la crisis económica que nos avecina. Esta nueva situación va a requerir de la caridad y de la colaboración de toda la población en su conjunto.

Para paliar el impacto de la pandemia en las familias más vulnerables de nuestra comunidad, la CAM ha llevado a cabo la brillante idea de desarrollar e impulsar las llamadas "Becas Seguimos", intentando maximizar la cantidad de estudiantes que pueden gozar de una educación de secundaria y universitaria. Las ayudas que proponen dichas becas resultarán ser una gran vía para poder ayudar a las familias más económicamente necesitadas a subsidiar los gastos económicos de los estudios de sus hijos. Son un ejemplo de la actitud de solidaridad que debemos tener con nuestros compatriotas, y en general, con el resto de países. Sin embargo, el problema viene a la hora de "suprimir las Becas de Excelencia de la Comunidad de Madrid" debido a la creación de estas nuevas "Becas Seguimos". ¿Acaso ambos tipos de beca no son compatibles?

El presupuesto que se lleva dedicando a las becas de excelencia de la CAM durante los últimos años ronda los 8 millones de euros, con unas 4.000 personas beneficiadas al año. Esta inversión supone una insignificante porción del presupuesto dedicado a las becas educativas tanto del Ministerio de Educación y Formación, como de la CAM. El Real Decreto de Becas movilizará este año 1.900 millones de euros para garantizar que más de 625.000 alumnos que se encuentran en una situación económica inestable puedan acceder o continuar con sus estudios. La creación de nuevas becas no puede ni debe ser utilizada como excusa para suprimir dichas becas de excelencia académica, que sólo representan un 0.4% del total de los recursos movilizados. Y en la actual situación de pandemia, donde se considera adecuado acudir a un mayor déficit público para intentar crear un futuro mejor y mejorar la estructura social y laboral futura de nuestra Comunidad, creo que la eliminación de las Becas de Excelencia no está en absoluto justificada.

Las Becas de Excelencia de la Comunidad de Madrid eran, hasta la fecha, el único instrumento existente en la Comunidad que premiaba y motivaba el trabajo duro en los estudios, ya que el alumno veía recompensado el duro esfuerzo que se requiere cada año para obtenerlas. Al suprimirlas, caemos en el riesgo de que se pierda por parte de muchos de los alumnos la motivación de seguir estudiando y trabajando en esta Comunidad. Todos sabemos que las condiciones y ayudas económicas en otros países son muy superiores a las que tenemos aquí. Si a esto unimos el hecho de que los alumnos que podían optar a estas becas son los mismos que pueden optar a las ayudas en otros países, lo que se está favoreciendo es que los mejores alumnos opten por marcharse a estudiar al extranjero. Debemos tener en cuenta que un alumno que decide realizar sus estudios en el extranjero muy probablemente terminará por quedarse a vivir y trabajar en ese país, lo que privará a nuestra Comunidad de sus mejores estudiantes para cubrir los puestos de trabajo que se generen aquí, redundando en un empobrecimiento general de las cualificaciones de la masa laboral. Si de algo debíamos estar orgullosos hasta ahora en la Comunidad de Madrid era de que se ponían los instrumentos para permitir que los mejores alumnos se quedaran a completar sus estudios y trabajar aquí; esos instrumentos ahora han desaparecido.

Yo acabo de empezar mi segundo curso de Ingeniería Industrial. Antes de empezar el primer curso, recibí ofertas de becas tanto en Inglaterra como en Estados Unidos para realizar mis estudios allí. En ese momento lo tenía claro: quería permanecer aquí, y una de las motivaciones eran precisamente las Becas de Excelencia. Hoy me pregunto: ¿me he equivocado en mi decisión? ¿Debería haber aceptado alguna de esas becas y haberme ido a estudiar en el extranjero? Quizá hoy la respuesta hubiera sido diferente, y hoy no estaría escribiendo esta carta. Quizá tenga que cambiar de opinión, y terminar mis estudios en el extranjero.

Creo que es un error caer en medidas populistas y "buenistas", medidas que favorecen los aprobados generalizados, medidas que no impulsan el esfuerzo, sino que favorecen que se pueda seguir adelante en los estudios sin esfuerzo (es decir, lo que algunos están llamando "la nueva normalidad"), dejando por ello de premiar la excelencia que debe coexistir con las ayudas a la población más desfavorecida. Esas medidas redundan en un empeoramiento del sistema educativo y en la bajada (más si cabe) del ranking español en comparación con otros sistemas educativos de nuestros países circundantes. Lamentablemente, el aprobado generalizado y sin esfuerzo es lo único que ha preocupado a algunos políticos españoles que se han hecho oír muy frecuentemente en los medios de comunicación. Pero hasta ahora la Comunidad de Madrid había demostrado su saber hacer, combinando estas medidas con el favorecimiento de la excelencia. En sus manos está que esto siga siendo así.

Continuamente nos preguntamos por qué somos tratados como un país de segunda por el resto de la Unión Europea. Quizá sea porque nos lo merecemos, ya que no hacemos más que tropezar una y otra vez con la misma piedra, y parece darnos igual. Es una gran pena, porque España es un país con un gran potencial económico y humanitario por explotar, pero hay gente que todavía antepone otros intereses (muchas veces personales) al futuro de los ciudadanos. El papel del Estado debería ser el de fomentar las aptitudes y cualidades de las personas para que ellos logren una realización personal plena, y puedan decidir libremente sobre su futuro. Como bien dice el proverbio chino; "Enséñale a pescar y no le des pescado".


Con todo lo anterior dicho, y a modo de conclusión, les ruego que consideren la decisión que han tomado acerca de suprimir indefinidamente la convocatoria de las Becas de Excelencia de la Comunidad de Madrid. A ustedes les supone un esfuerzo apenas insignificante, pero a muchos estudiantes, tanto como los que lo reciben como los que no, les supone un apoyo económico, y sobre todo moral de gran ayuda para poder continuar sus estudios y seguir superándose día a día. Se trata de una inversión de 8 millones de euros anuales, que sólo puede ser positiva, y que tiene una rentabilidad asegurada e incalculable, propiciando y formando una nueva generación de estudiantes bien formados y competitivos que algún día liderarán y lucharán por el bienestar y el progreso de nuestra sociedad como un país inquebrantable, innovador y vanguardista